Salvador Sostres a la hoguera

Je ne suis pas d’accord avec ce que vous dites, mais je me battrai jusqu’à la mort pour que vous ayez le droit de le dire.

Voltaire

Tuve el placer de leer el artículo del Sr. Salvador Sostres en el que opinaba sobre el asesinato cometido por un muchacho rumano. El asesino de la webcam le llaman, un titular ideal para el periodismo amarillo y bastardo con el que se elabora la prensa española, una prensa para la que internet era sinónimo de pederastia y que ahora ensalzan como gran motor de las revueltas árabes. Sin enterarse de nada, como siempre. Por algo son journalist. Pero ese es otro tema.

Tuve el placer de leer el susodicho artículo, como dije, porque siempre es un placer leer a alguien que se sale del borreguismo políticamente correcto que nos inunda hasta vomitar. No siempre estoy de acuerdo con las opiniones del Sr. Sostres, ni de lejos, y tampoco le tomo en serio en otras muchas ocasiones por ser evidente su intención provocadora sin mas. En mitad del artículo ya imaginé que lo iban a poner de chupa dómine, como así fue.

El Sr. Sostres deja muy claro que no justifica en absoluto un asesinato y que tal acto merece su correspondiente castigo. A continuación ofrece una meditación sobre el impacto emocional que puede sufrir un hombre enamorado y a punto de ser padre del hijo de otro cuando la persona objeto de sus afectos decide revelarle la verdad y afirma que ésto es también un tipo de violencia que puede desquiciar al mas sano y llevarle a cometer excesos. ¿Acaso no es así?

Todos éstos que se escandalizan y reclaman la cabeza del articulista ¿han vivido algo en su vida? ¿tienen alguna ligera idea de la condición humana, de sus flaquezas, de sus debilidades, o de sus virtudes? Lo dudo mucho. Repito: el Sr. Sostres no justifica el asesinato, el Sr. Sostres comprende lo que pudo pasar en la mente del asesino. Comprender significa ponerse en su lugar, empatizar, no justificar. ¿Hay que volver a repetirlo? Probablemente, aunque lo puse en negritas.

Los mismos que no se enteraron de nada leyendo el artículo tampoco se enterarán ahora. Después de leerlo apresuradamente y llenos de prejuicios contra el Sr. Sostres, corrieron como locos a twittear su culo, al que llaman su opinión, orgullosos y felices de que por fin el mundo cuente con alguien de su valía, algo que los demás echábamos de menos. En 140 caracteres, lo cual es una virtud, así la mierda apesta menos.

Para mas inri se inmiscuye en el asunto la fiscalía contra la violencia de género y el resto de las huestes feministas, que de algo hay que vivir. La policía del pensamiento prepara su artillería, con nuestro dinero eso si, con el que habrá que ver lo que hacen realmente. Patético y vergonzoso. Este antiguo país de charanga y pandereta se está volviendo gilipollas. Estos son los frutos de la LOGSE, y la que nos espera. Ya falta poco para que prohíban «Del asesinato considerado como una de las bellas artes», de Thomas De Quincey, y a Bukowski,  y a Nabokov…

Perdón: gilipollas y gilipollos.

Fuentes:

Pedro J. Ramirez calla sobre el futuro de Sostres. La Voz de Asturias.